Instituto de psicoterapia de orientación psicoanalítica y antropología
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Ferenczi, psicoanalista contemporáneo y amigo íntimo (hasta el final de su vida donde hubo enormes discrepancias como puede leerse en su diario clínico) de Freud, puede ser considerado uno de los tres grandes pioneros del psicoanálisis, junto con Abraham y Klein. La proximidad íntima con Freud, quizá hizo que la teoría y la técnica de Ferenczi no evolucionara más e incluso que creara una modalidad nueva dentro del psicoanálisis. En una ocasión oí decir: ”Si Freud fue el padre del psicoanálisis, Ferenczi fue la madre”. Ferenczi nació el 7 de julio de 1873 en Miskolc (Hungría), su familia era judía, hijo de padre polaco y madre austriaca, fue el octavo de 12 hermanos.
Sandor estudió Medicina en Viena, acabó sus estudios en 1894 y regresó a Budapest. En 1900 trabaja como asistente en el Hospital de Neuropsiquiatría de Budapest y allí conoce “La interpretación de los sueños” de Freud”, que en un principio no fue de su agrado. Luego en 1907 conoce los trabajos sobre asociación de palabras de Jung, y relee la obra de Freud sobre sueños. Desde este momento experimenta un súbito entusiasmo por el psicoanálisis y se decide a escribir a Freud manifestándole su deseo por conocerle y formarse en el método. En 1908, Ferenczi acude ya a la reunión de psicoanalistas de Salzsburgo con su escrito “Psicoanálisis y Pedagogía”, es llamativa la rapidez con que Ferenzci se vincula a Freud, además de la positiva calidad de dicha vinculación.
Aún con todo mantuvieron una larga relación, a menudo ambivalente. Tuvieron varios incidentes, como el de Palermo. Freud le remitió su interés en escribir juntos un ensayo clínico sobre paranoia (el caso Schrëber), pero finalmente Freud se limitó a dictárselo, hecho que enojó bastante al húngaro. Otro suceso se produjo con la presentación del trabajo “Confusión de lenguaje entre los adultos y el niño” en el congreso internacional de Wiesbaden en septiembre de 1932. Según Villamarzo (2002), Freud intentó que Ferenczi no lo leyera para que no cayera aún en mayor desprestigio del que ya tenía entre sus colegas. Al respecto señala Jiménez Avello (1998), que se leyó en secreto días antes y que Freud fue totalmente contrario a él y que lo critico duramente.
Aún con toda la controversia suscitada, el húngaro fue precursor de muchos de los conceptos que se utilizan hoy en día en el psicoanálisis contemporáneo (la atmósfera analítica, el maternaje del terapeuta, la actitud no hipócrita y sincera de éste, la crítica a la teoría de la pulsión freudiana sobre todo en lo referente a los instintos de muerte...). Asimismo es influyente en la vida y en las teorizaciones de reconocidos psicoanalistas como Melanie Klein, Michael Balint o el mismo Erich Fromm, además de otros más contemporáneos e influyentes en la psicoterapia actual como D. W. Winnicott, H. Kohut o W.R. Bion.
El autor fallece en Budapest el lunes 22 de mayo de 1933 como consecuencia de una parada respiratoria producida por una anemia perniciosa de Biermer. Jiménez Avello (1998) afirma: “A partir de este momento, su figura, su persona y su obra iban a ser objeto de una de las más viles maniobras de descrédito y de destrucción que se conozcan en la historia del psicoanálisis.” Muchas de las ideas de Ferenczi se evaporaron durante años en el olvido, E. Jones contribuyó a ello. Entre las “perlas” que le dedicó destaca lo escrito en la biografía de Freud argumentando que Ferenczi era un psicótico, que besaba y se hacia besar por las pacientes y que su obra no debía de ser considerada psicoanalítica porque se había alejado de la doctrina de Freud. O textualmente que era “vil, cobarde intrigante” (Jones, 1953).
Actualmente es considerado uno de los pioneros del actual “psicoanálisis relacional”.