Instituto de psicoterapia de orientación psicoanalítica y antropología
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El padre del psicoanálisis nace en Freiberg (Moravia) el 6 de mayo de 1856, siendo el primero de ocho hermanos. De orígenes judíos y educado en esta tradición (al igual que todo los pioneros del psicoanálisis) se le puede considerar prácticamente vienés, pues sus padres se trasladan allí en 1860. En 1873 comienza a estudiar medicina, cuando termina está varios años ejerciendo en el Hospital general vienés. Mediante una beca en 1895, viaja a París y trabaja con J.M. Charcot en la Salpêtrière iniciando sus estudios sobre las pacientes histéricas a través de la hipnosis, sin lugar a dudas su primer paso al descubrimiento del psicoanálisis que no se debe sólo a su avezada voluntad de trabajo y su inteligencia, sino también a las histéricas en sí.
De vuelta a Austria y después de que dos de sus investigaciones, una sobre afasia y otra sobre los efectos analgésicos de la cocaína no tuvieran gran repercusión, sigue sus trabajos sobre la histeria y junto a su amigo Breuer escribe “Estudios sobre la histeria”, que será compilado y publicado en 1895. Pero su primera gran obra en la teorización del psicoanálisis es “La interpretación de los sueños” (1899 [1900]), donde describe su concepción del aparato psíquico (la primera tópica) haciendo gran hincapié en la importancia del inconsciente.
En 1902 se funda la primera sociedad psicoanalítica compuesta por Freud, Adler, Stekel, Reitler y Kahane, realizando las famosas reuniones de los miércoles a las que se unirían varios médicos como Abraham, Ferenczi y Jones entre otros. Posteriormente (1909) Freud viaja con Ferenczi y el recién conocido por él C.G. Jung a la Clark University americana a impartir un ciclo de conferencias. Pero las buenas relaciones dentro del grupo psicoanalítico pronto van a acabar. Por razones de desavenencia teórica –y por motivos personales- Stekel y Adler rompen con Freud en 1911. Dos años más tarde ocurriría lo mismo con Jung, hecho que disgustó profundamente a Freud. Básicamente por desavenencias en la teoría de la libido y en la pansexualidad.
En “Historia del movimiento psicoanalítico” (1914) Freud señala estos hechos, aunque curiosamente también lo hace en un texto, a priori teórico, “Introducción al narcisismo” (1914) en el que carga contra algunas ideas de Adler y Jung. En la década de los 20 entre muchas de las obras que redacta cabe destacar una tríada de ellas de carácter técnico: “Más allá del principio del placer” “El yo y el ello” e “Inhibición, síntoma y angustia”. Freud va a ver crecer su obra por todo el mundo, asimismo comprobará el impacto que tiene sobre la medicina además de en otras áreas humanas y sanitarias, así como diferentes disidentes crean métodos derivados del psicoanálisis que van a tener gran importancia.
En 1938 tiene que huir de Viena a Londres como fruto de la segunda guerra mundial y de las invasiones nazis. Éstos le hacen firmar un documento donde se señalaba que ni Freud ni su entorno habían sido hostigados. Freud lo firmó y pidió permiso para agregar una frase, por cierto con una gran carga satírica: “De todo corazón puedo recomendar la GESTAPO a cualquiera” (Jones, p. 554). Sus libros son quemados y de nuevo con gran jocosidad comenta: “La humanidad ha prosperado bastante hace siglos me hubieran quemado a mí, ahora sólo queman mis libros”. Al poco fallece en Londres, con enormes dolores por el cáncer que padecía y de acuerdo con Max Schur, éste le aplicó tres inyecciones espaciadas de morfina, a los dos días Freud falleció en septiembre de 1939 (Roudinesco y Plon, 1998, p. 382). Desde luego Freud dio un giro enorme a la visión de la psiquiatría y la psicología, no solo por su método sino por las teorías subyacentes a éste.
Extraído parcialmente de “Este no es un libro de autoayuda. Tratado de la suerte, el amor y la felicidad” de Luis Raimundo Guerra Cid. Ed Desclée de Brouwer.