Instituto de psicoterapia de orientación psicoanalítica y antropología
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Alfred Adler, nació en Penzing, un suburbio de Viena el 7 de febrero de 1870 en el seno de una familia judía. Fue el segundo de seis hermanos, tenía celos de su hermano mayor que se llamaba Sigmund, y estaba con él en permanente rivalidad, al igual que ocurrió después con Freud (¿Casualidad o compulsión a la repetición?).
Adler solía recordar que a los 5 años enfermó gravemente y que el médico le dijo a su padre que no confiaba en su posible recuperación. Fue un niño enfermizo, padeció asma y era raquítico, por lo que “su madre lo mimó mucho a causa de esas dolencias” (Seelmann, 1982, p. 9 ). Habitualmente estos autores, creadores de grandes teorías se ven motivados a teorizar en parte por sus propias circunstancias vitales. Su caso no escapa a esta circunstancia, de hecho su situación enfermiza y su gran número de hermanos influyeron en sus ideas terapéuticas, en sus tesis de la Psicología Individual sobre la importancia de la disminución física, el estilo educacional consentidor, y la importancia de la posición entre el número de hermanos. Sus vivencias también le influyeron en su decisión de ser médico para luchar contra las enfermedades mortales. Se puede decir que Adler compensó su mala salud con un carácter enérgico, una buena capacidad de adaptación y una gran facilidad para establecer vínculos.
Realizó brillantemente estudios de biología y anatomía mientras estudiaba Medicina y se relacionó con las ideas marxistas y socialistas. Se doctoró en Medicina en 1895 por la Universidad de Viena. En 1896 hizo la segunda parte del servicio militar en calidad de médico. Estuvo realizando prácticas hospitalarias hasta 1898 cuando se hizo médico de familia en un ambiente de pequeña burguesía, de comerciantes y artesanos. Las cualidades que le hicieron llegar al éxito profesional fueron básicamente su sensibilidad frente al sufrimiento, la perspectiva psicológica a parte de la física en el trato con los enfermos y su finura a la hora de psicodiagnósticar.
En 1902 comenzó a frecuentar, animado por Freud, las reuniones de la Sociedad Psicoanalítica de los miércoles, donde comenzó su amistad con Wilhelm Stekel y en la que permaneció durante 9 años (Roudinesco y Plon, 1998). En 1906 realizó su primera comunicación en el círculo freudiano sobre las bases orgánicas de las neurosis, al año siguiente publicó su primera obra de psicología: “Estudios sobre la inferioridad de los órganos”, en el que retomaba la idea médica de que un órgano poco resistente tenía mayor riesgo de infección y la aplicaba a la Psicología. En esta obra proponía la idea de que los niños de constitución física débil compensan este aspecto acentuando sus puntos fuertes e introduce así el término Complejo de Inferioridad (Jiménez Hernández-Pinzón, 2002).
En 1908 elaboró el concepto de pulsión de agresión en oposición a Freud, aunque este término se introdujo y cobró importancia en el psicoanálisis después de una década en la forma de pulsión muerte (Kriz, 1990) y realizó una contribución a la cuestión de la paranoia en el círculo freudiano (Alarco von Perfall, 1999). En 1909 presentó en las reuniones de los miércoles la comunicación “La Unidad de las neurosis”, lo cual hizo que se vieran las divergencias entre su posición y la de Freud que empezó a criticar el punto biologicista de Adler, así como la utilización que hacía de la diferencia de sexos en un sentido estrictamente social (Roudinesco y Plon, 1998). En febrero de 1911 cuestionó las nociones freudianas de represión y libido en una conferencia sobre la protesta masculina y rompió con Freud. Del mismo modo renunció a la Asociación de Psicoanálisis de Viena y a la revista que editaba junto a Stekel.
Fundó la Asociación de Psicoanálisis libre, a la que cambiaría el nombre en 1913 por Asociación para una Psicología Individual (haciendo mención al método creado por Adler). Parece que la ruptura entre Freud y Adler fue tremendamente violenta. En una entrevista que hicieron a Adler en 1937 dijo de Freud: “Ese hombre, de quién él no había sido jamás discípulo, era un estafador astuto y maquinador”. A su vez, Freud, al enterarse de la muerte de Adler, escribió palabras terribles contra él. Y no sólo eso, sino que los partidarios de uno y otro se criticaron duramente (Roudinesco y Plon, 1998).
Un año después de su ruptura con Freud, en 1912, publicó “El carácter neurótico”, una reivindicación de su propia teoría psicológica. Aunque esta publicación no fue tan sencilla como hubiera deseado. Adler mandó el único manuscrito que tenía a Estados Unidos en un barco para que lo publicasen. Resultó que el trasatlántico que había de transportarlo era el Titanic que se hundió en la noche del 14 al 15 de abril de 1912. La noche anterior al hundimiento, Adler soñó que ocurría la tragedia, y durante varios días estuvo pensando que el texto se había hundido con el barco y, como no tenía ningún otro manuscrito, que se había perdido para siempre. Sin embargo, después de unos días recibió la noticia de que el original había sido enviado, por error, en otro barco. En este libro se desbanca claramente del pensamiento freudiano con una demoledora crítica tanto a la teoría de la libido como a las cuestiones pansexualistas.
En “Conocimiento del hombre” (1927), donde expuso magistralmente los fundamentos de la Psicología individual y su valor para el conocimiento del hombre, así como su importancia para el trato humano y para la organización de la propia vida. El “Sentido de la vida” (1930) plantea a modo de síntesis extensa las ideas adlerianas. En 1934 emigró a Estados Unidos, presintiendo que el nazismo iba a desencadenarse en toda Europa. Adler murió el 28 de mayo de 1937 víctima de una crisis cardiaca en la escocesa ciudad de Aberdeen después de impartir una conferencia.
Extraído parcialmente de “Este no es un libro de autoayuda. Tratado de la suerte, el amor y la felicidad” de Luis Raimundo Guerra Cid. Ed Desclée de Brouwer.